viernes, 17 de abril de 2015

Inasequible al desaliento

Uno, la verdad, no sabe si Arturito Menos es demasiado estúpido, demasiado cabezota, demasiado miserable, o demasiado de las tres cosas, para darse cuenta de que cada vez que sale de la Plaza de San Jaime para intentar vender por esos mundos de Dios el proceso secesionista catalán sólo consigue perder el tiempo y hacer el ridículo.
Ocurrió en las visitas a las instituciones europeas y a Rusia, donde fue recibido (cuando lo fue) por funcionarios de medio pelo. Y ha vuelto a suceder en su visita a Nueva York, donde Forbes se ha dedicado a desmontar sistemáticamente todas sus falacias y mentiras.
Si es que hay algunos que no aprenden…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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