Secesionistas periféricos e izquierdistas son muy parecidos en muchas cosas. Hoy toca hablar de una en concreto: su afición por escupir hacia arriba, sin caer en que el salivazo les va a caer, con toda certeza, en la cara.
Hace unas
semanas, el Chepas hablaba de la baja calidad de la democracia
española, sin caer en que es gracias (desgracias, habría que decir) a
esa democracia que él y su calientacamas (y sus amigotes, y su niñera, y…)
ocupan una poltrona pagada con el dinero de todos los españoles.
Ahora son
los golpistas catalanes los que, apelando a la misma baja calidad de la
democracia española, justifican el terrorismo callejero que se ha producido con la
excusa de la entrada en prisión del niño bien metido a juntaletras, enaltecedor
del terrorismo e inductor al asesinato.
No reparan,
a lo que se ve, que es quizá por esa baja calidad que ocupan el puesto
que ocupan en el gobierno regional. En un país con más alta calidad de
democracia estarían donde deben, que es en una celda de la que se hubiera
perdido la llave.
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