domingo, 21 de marzo de 2021

Y ésta era la lista...

Cuando zETAp, a lomos de casi doscientas abstenciones, llegó al poder y formó gobierno (s), casi toda la inteligencia del gabinete se concentraba en un par de cabezas: Maritere De la Vogue y Joge Luig Bono (lo del hijo de P no era inteligencia; era, como dicen en Los lobos de Wyoming, el instinto del coyote).

Con el psicópata de la Moncloa detentando el puesto del primer ministro, la cosa ha resultado parecida, sólo que peor; también es verdad que destacar entre semejante reunión de medianías no resulta especialmente complicado.

A lo que iba: toda la materia gris del consejo de ninistros parecía reunirse en una sola cabeza, la de Nadia Calviño. Aunque el hecho de haber aceptado participar en semejante aquelarre de estupidez y sectarismo ya hacía albergar serias dudas sobre su buen juicio y claridad de criterio, las credenciales con las que venía avalada -a diferencia del bleferóptico transitorio, cuando la hija del que fuera director de Radio Televisión Española durante el gonzalato vino de Europa no había timoneado la economía española hacia el desastre- permitían concederle un cierto margen de confianza.

Todo este preámbulo para comentar la extrañeza que me produjo que la susodicha entrara en la precampaña de las elecciones regionales madrileñas criticando los impuestos bajos de Madrid. No porque los critique en sí: va en el ADN de los suciolistos, como mentir descaradamente y aformar que la economía va a mejor y que el gobierno ha ayudado a las empresas con agilidad y determinación (vale, esto sí, pero sin explicitar que a lo que están determinados es a cargárselas). Me extraña porque cualquier economista con un poco de criterio sabe que unos impuestos bajos incentivan la actividad económica.

Pero claro, en la izquierda la ideología siempre triunfa sobre el sentido común, no digamos ya sobre la verdad.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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