miércoles, 9 de marzo de 2022

No se enteran

Uno de los problemas que tienen los neocom -otra cosa es que España tenga un problema con los neocom- es que no han acabado de procesar el hecho de que ya no son sujetos particulares, ni tampoco agitadores callejeros o de facultad.

No, son políticos profesionales, cargos (y cargas) públicos, con responsabilidades y proyección. Pero siguen actuando como si nadie les escuchara; y, para nuestra desgracia, tenemos que oírles.

A Dios gracias, también les escucha la Justicia. Y hace un año, cuando encarcelaron al rapero Pablo Hásel por enaltecimiento del terrorismo, y los antisistema montaron la mundial con protestas violentas y algaradas callejeras, el secretario de organización neocom (voy a ahorrarme metáforas o chanzas relativas a su enfermedad, no sea que me acusen de lo-que-sea-fobia) público un tuir alentando dichas protestas violentas.

Y la fiscalía del Tribunal Supremo (¿lo sabría Dolorcitas? ¿O estaba detrás de ello?) abrió diligencias de investigación penal contra el susodicho. Desgraciadamente, parece que la cosa (la causa, quiero decir, para nada me estoy refiriendo al científico argentino… tampoco voy a decir que eso da una idea del nivel en que se encuentra la ciencia en Argentina) no llegó a ninguna parte, puesto que Echeminga sigue soltando, un año después, sus soflamas.

En sede parlamentaria y fuera de ella.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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