viernes, 17 de febrero de 2023

No, no todo vale

Hace ahora tres semanas, la presidente del consejo regional de gobierno de la comunidad autónoma de Madrid acudió a la facultad de periodismo de la universidad Complutense de Madrid para recibir el título de alumna ilustre.

Vamos a pasar por alto si se lo merecía o no, aunque las razones que se esgrimieron para la concesión del galardón -ser la primera licenciada de esa facultad en alcanzar la presidencia de una comunidad autónoma- resultan irrebatibles; vamos a pasar por alto también el que, de los varios procedimientos que existen para conceder tan distinción, el rector eligió el menos democrático de todos (concesión por decisión del rector).

El hecho es que se le concedió y, le gustara o no a algunos, había que aceptarlo. Iba a decir a saber qué habrían dicho, pero lo tengo muy claro, si en la concesión del doctorado horroris causa a Santiago Carrillo se le hubiera llamado asesino, genocida o mal hijo.

Pero no: un grupo de intolerantes -vosotros, marxistas, sois los verdaderos fascistas- la recibió con gritos de asesina; otra homenajeada, la alumna más brillante de su promoción -lo que te hace plantearte qué nivel tendrán los demás-, soltó una perorata plagada de muletillas, lugares comunes y consignas, además de dejar una muestra palpable de su ignorancia galopante al plantearse si romper un título es legal o no; y la televisión pública gubernamental coló a un dirigente neocom como profesor para criticar a la bestia negra de la izquierda patria.

En cuanto a las reacciones, mientras el presidente del PP condenaba los insultos y amenazas, el candidato de los de la mano y el capullo a víctima propiciatoria en las próximas elecciones regionales le echó la culpa a Ayuso, porque -dijo- ir a provocar no es lo más adecuado, y el ninistro de Universidades del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer consideró el sabotaje como normal.

Ayuso, naturalmente, no se arrugó, afirmó que la libertad se protege defendiéndola y replicó a Lobito que quizá es que llevó la falda demasiado corta.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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