Cuando un político de derechas empieza
a parecerse a uno de izquierdas en su comportamiento, parece que el parecido se
extiende a todas las ramas de su actividad. Así ha ocurrido con el (im) popular
Oyarzabal, que no contento con arrinconar hasta la práctica expulsión a María
San Gil, ahora insinúa que fue el entorno de la expresidenta de los populares
vascos el que provocó la debacle del partido en la región.
La cosa tiene bemoles, porque ese entorno, como él lo llama, se dejó
literalmente la vida en defensa de unos ideales y de una concepción de
Vascongadas y de España que el Partido Popular parece haber abandonado. Y como
los electores no son tontos, premiaron ese sacrificio y esa entereza con sus
votos, y castigaron el abandono de esa postura -abandono iniciado en la época de Antonio Basagoiti- por otra más complaciente con
los que pastelean con los terroristas.
Así que, en cierto modo, sí que el
entorno de María San Gil es el responsable del desastre electoral. Pero sólo
porque las comparaciones son odiosas…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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