En una inadmisible injerencia en los
asuntos internos de España, la vicepresidenta de la Comisión Europea, la señora
(parafraseando a Groucho Marx, la llamo señora porque no la conozco demasiado
bien) Viviane Reding instó a Rajoy y a Arturito
Menos a negociar sin líneas rojas. Para estos progresistas, la defensa de
los principios nacionales y de la legalidad constitucional constituye,
aparentemente, una línea que será de cualquier color menos escarlata, por lo
que puede ser cruzada hacia adelante, hacia atrás o de través.
Por otra parte, negociar con un
nacionalista es meterse en un berenjenal del que no hay salida posible: le
ofrezcas lo que le ofrezcas, siempre querrá más y más. En España tenemos
sobradas muestras sobre el tema, cosa que no parece saber la señora Reding.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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