Los políticos en general, pero los de
izquierdas en particular, harían mejor en pensar varias veces lo que van a
decir antes de abrir la boca y soltar una proclama que puede quedar muy bien,
pero que se da de trompadas con la actividad pasada del orador.
Así ha ocurrido con la
con mucha frecuencia demagógica líder de UPyD. Ante las recientes voces que
propugnan que la situación ha cambiado en relación con los terroristas (y quizá
lo haya hecho, pero no precisamente a mejor), ni corta ni perezosa fue y dijo sobre ETA, yo no estoy dispuesta a olvidar.
El caso es, señora Díez, que algunos
tampoco estamos dispuestos a olvidar. No estamos dispuestos a olvidar que usted
fue consejera en un ejecutivo presidido por quienes recogían las nueces de los
que sacudían el árbol. No estamos dispuestos a olvidar que, en aquellas fechas,
ETA mataba a mansalva. No estamos dispuestos a olvidar que, en una de sus
geniales viñetas, don Antonio Mingote psuo sobre el dibujo de una víctima de
ETA el eslogan que en aquellos años se empleaba para promocionar el turismo
hacia la comunidad autónoma vasca (Ven y
cuéntalo). Y, sobre todo, no estamos dispuestos a olvidar que usted, señora
Díez, en su calidad de consejera del antedicho ejecutivo, a punto estuvo de
interponer querella criminal (o quizá sí que llegó a hacerlo, la verdad es que
no estoy seguro del todo) contra el mejor editorialista gráfico que ha habido
en España, y una de las mejores personas que hayan pasado por la prensa
española.
Por eso, sólo por eso, UPyD jamás
tendrá mi voto mientras entre sus filas se encuentre esa política que, sobre
ETA, dice que no está dispuesta a olvidar. Yo tampoco estoy dispuesto, y sólo
en eso coincidimos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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