Tradicionalmente se ha venido
considerando que la primogénita de los Reyes, la infanta doña Elena, era, por
decirlo con suavidad, algo cortita. Quizá
por ser menos agraciada que su hermana, no lo sé. Pero el hecho es que las
cosas eran así… hasta que la infanta Cristina ha tenido que ir a declarar a la
Audiencia de Palma por el caso Noos, en el que su marido parece estar pringado
hasta las cachas. Y la actuación de la Duquesa de Palma ha hecho que hasta el
tonto de la clase parezca un genio a su lado. Si lo que decía era verdad –que su marido y ella no hablaban de negocios en casa-, malo, porque eso significaba
que de tan confiada era tonta del bote; y si no era verdad, peor… porque nos
toma por tontos a los demás.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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