A pesar de ser uno de los alcaldes más
votados, elección tras elección, el socialista Pedro Castro quedó retratado
como persona cuando llamó tontos de los
cojones a los votantes del Partido Popular. Semejante exabrupto no fue
seguido de la elemental petición de disculpas, y el socialista se quedó tan
pancho.
Descabalgado en las últimas elecciones
municipales, ahora ha presentado su dimisión como concejal del ayuntamiento de
Getafe al ser procesado en un caso de corrupción (otro caso aislado, que decían sus conmilitones hace veinte años) en el
que también está pringado su propio
hijo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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