Llamo retroprogres a aquellos que, proclamándose de izquierdas, viven
como nos gustaría vivir a los que somos de derechas. Es decir, no critico su
afán de riqueza, sino su hipocresía, su doblez, su incoherencia. Ejemplo paradigmático
en España sería el nieto del picador,
que empezó siendo artista del régimen (el de Franco, claro), luego devino
comunista y acabó siendo socialista… y produciendo películas de folclóricas. Que
no tengo nada contra ellas (ni las folclóricas ni sus películas), pero no
parece que se hagan con un afán puramente artísitico, sino más bien
crematístico.
En Estados Unidos ha surgido la
variante política con el matrimonio Clinton (sabía que él era un sinvergüenza,
pero creí que ella era más decente): resulta que apoyan el Impuesto de
Sucesiones, pero usan resquicios legales para minimizar su pago. Perfectamente legal,
perfectamente ético… pero bastante poco estético, la verdad.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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