En el Congreso de los Diputados, el
presidente del Gobierno dedica sus peores maneras parlamentarias a la dirigente
de UPyD, Rosa Díez. Bien es verdad que, con su tono y frecuente demagogia, la
antigua consejera autonómica vasca no es que vaya precisamente pidiendo hacer
amigos, pero no supone, ni de lejos, la mayor amenaza a la unidad y estabilidad
de España. Esos malos modos, esa displicencia, quienes se lo merecen son los
terroristas de Amaiur y los filoterroristas de IRC y grupitos afines.
Por eso me sorprendió enormemente que
después de la reunión entre Díez y Rajoy en La Moncloa, la primera declarara
que había creído al segundo cuando le prometió que no le temblaría el pulso ante Mas.
Pues deber ser de las pocas personas que tienen tal confianza ciega
en la actitud del Gobierno español en general, y de su Presidente en
particular, en relación con este problema…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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