Armados de esa hiperlegitimidad moral
que ellos mismos se han otorgado, los izquierdistas españoles critican a todo y
a todos cuando son ellos los que deberían estar callados, ya que, como dice el
refrán, en todas partes cuecen habas, y entre ellos a calderadas.
Recientemente, un alcalde del PSOE
utilizó una foto –foto que no correspondia a un hecho real, sino a un montaje-
para llamar a la Guardia Civil yihadistas
asesinos. Dejando aparte el hecho de la incoherencia flagrante, dio la
casualidad de que hizo sus declaraciones de que tres miembros de la Benemérita,
con ese espíritu de servicio y sacrificio que caracteriza al cuerpo, perdieran la vida en un accidente de helicóptero en León mientras intentaban rescatar a
un montañero.
Lejos de retractarse, el político se
encastilló en su posición, y declaró que se escandalizan por unos genocidios pero callan sobre el que hubo en España, refiriéndose al franquismo. Es bien sabido que nadie utiliza el término genocidio
con más ligereza que la izquierda española; pero es que además, si alguien
ha procedido al asesinato en masa de españoles por causa de sus ideas o su
religión, ese ha sido la izquierda española en general y la de la Segunda
República y la Guerra Civil en particular.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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