Hace no demasiado hablaba de George
Orwell y su celebérrima obra Rebelión en
la granja. Hoy toca volver a sacarle a colación, ya que las bases del
partido de Junior se han quejado de
que los cargos importantes van a ser para amigos del prescindible. Vamos, que
todavía no han llegado al poder y ya están reproduciendo, milimétricamente, los
rasgos de todos aquellos que se han proclamado como igualitarios y
revolucionarios: de la revolución francesa a la bolchevique, de la Camboya de
los Jemeres Rojos a Cuba castrista, siempre ha pasado lo mismo.
Clamando contra un régimen corrupto y
despótico (la casta), las masas se
levantan y lo derriban, proclamando que van a implantar un sistema más justo,
más democrático; pero claro, alguien tiene que ponerse a la cabeza, alguien
tiene que dirigir el proceso para que no degenere en el caos. Y esa vanguardia,
ya sea de la revolución o del proletariado, se erige en nueva clase dominante,
en nueva casta que disfruta de unos
privilegios y unas prebendas que niega al resto de la sociedad… a la que
mantiene bien calladita, ahí abajo, para que no les apeen de las poltronas que ahora ocupan ellos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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