No deja de ser irónico que, habiendo
sido considerado gran parte de su carrera política como demasiado compadreador
con el progretariado y su mundillo
(léase, el de la cultura), Alberto
Ruiz Gallardón haya dimitido como ministro de Justicia siendo considerado poco menos que un reaccionario por aquellos que en otra época le jaleaban.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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