No, aunque lo parezca, no es el título de la última colección de tebeos de superhéroes. Nada más lejos, porque las cosas van por otros derroteros muy diferentes: ni súper, ni héroes... quizá sí tebeo.
Los secesionistas vascos no es que
sean aguerridos guerreros, pero al menos hasta fechas recientes han empuñado
las armas (si bien prefieren atacar por la espalda y/o a distancia, para
minimizar los riesgos de ser atrapados y no digamos ya heridos o incluso
muertos).
Los terroristas catalanes, en cambio,
hace tiempo que dejaron de pegar tiros, y prefirieron ingresar en partidos
(teóricamente) demócratas (que no democráticos, semejante cosa no existe en
España), aunque no abandonaron sus objetivos, ni sus malos modos, ni el odio visceral a todo lo que signifique España. Hasta ahí, vale.
Sin embargo, ahora descubrimos que los
defensores más acérrimos de la secesión (es decir, los de la sedicente y
sediciosa asamblea nacional catalana) no parece que los tengan, como suele
decirse, bien puestos. ¿Por qué? Pues
porque a las primeras de cambio se echan a llorar como colegiales mientras
dicen entre sollozos que No quiero ser español.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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