Acostumbrados a que sus amenazas sean
atendidas cuando sus exigencias no reciben la respuesta que ellos esperan, la
reacción de los secesionistas catalanes ante la suspensión fulminante y unánime
de su sedicente referéndum por parte del Tribunal Constitucional (que, por una
vez, ha cumplido su deber con la diligencia debida) ha sido la que cabría
esperar.
Han recurrido, como no podía ser
menos, dicha suspensión, pero deslizando una amenaza nada velada: no saben qué podría pasar si su recurso no fuera
aceptado. Es, por lo tanto, el típico o
si no…: o levantáis la suspensión, o la gente podría levantarse. Amenazas
totalitarias de la peor especie.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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