Como en todo, los necionanistas periféricos españoles pasan de las instituciones
españolas y su normativa hasta que les tocas la fibra sensible (en general, y
más aún en el catalán arquetípico en particular, el dinero), momento en el cual
reclaman el cumplimiento de las segundas y el respeto a las primeras. Por otra
parte, suelen estar convencidos de ser el ombligo del universo, cuando en
realidad no llegan ni a fístula en el ano, vulgo almorrana (esta imagen me la
acabo de inventar, pero resulta bastante descriptiva).
Al igual que las autoridades de la
Unión Europea han repetido en múltiples idiomas que si Cataluña se desgaja de
España, también lo hace de la Unión Europea, el presidente de la Liga de Fútbol
Profesional ha vuelto a señalar que si Cataluña se independiza el Barcelona y
el Español –y, por extensión, todos los demás clubes catalanes que militan en
categorías inferiores- no podrían jugar la Liga española salvo que se modificara la
normativa, pues es de cajón que en la liga de un país sólo pueden jugar los
equipos de ese país. Mónaco en el caso de Francia, y Andorra en el de España,
son excepciones, porque de lo contrario sería una liga de solteros contra
casados, o poco más.
Con un tono más propio de la ribera
del Nervión que de la del Llobregat, la sedicente Plataforma pro selecciones deportivas catalanas ha afirmado que
ambos equipos jugarán donde quieran
(ya hace tiempo dijeron que las ligas europeas poco menos que se darían de
bofetadas por contar con un equipo de la categoría del Farça). Pero la cosa no está tan clara, porque cuando, tras apoyar (por fin)
explícitamente la secesión, el equipo culé ha manifestado que solicitaría jugar en la liga francesa si Cataluña lograra la independencia, la federación
francesa no es que se haya mostrado muy proclive a acceder.
Y, para colmo de sorpresas el defensa
azulgrana, el brasileño Daniel Alves, ha mostrado un sentido común y mesura que
se le desconocían y ha indicado que la
mayoría de la gente que pide la independencia no sabe lo que es, y que
tienen que pensárselo muy bien.
Eso, añado yo, siempre que sepan
pensar…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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