Arturito Menos ha hecho tantos cambios de dirección,
rectificaciones y desmentidos a lo largo de su vida política en general (como
todos, vamos) y en los últimos tiempos en particular que le ocurre como al
pastorcillo mentiroso: que uno ya no sabe si creerle o no.
Conforme se va acercando la fecha del
sedicente referéndum sedicioso, el matón de la plaza de San Jaime se ve cada
vez más entre la espada y la pared, siendo la espada el estrábico y orondo
líder de los republicanos de izquierda de la región.
En semejante tesitura, como en un
envite en el mus (ese juego tan español), sólo le quedan dos opciones: o pasar…
o echarse un órdago. Pero cuando dice que tiene un plan secreto puede que sea verdad… o que vaya de farol y quiera
acojonar a los oponentes.
El tiempo lo dirá… y cada vez le queda
menos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario