En una extraña coincidencia (o quizá
no tanto, teniendo en cuenta cuál ha sido el modo de comportarse de los
llamados partidos nacionales con los
sedicentes –y sediciosos- partidos
nacionalistas), tanto PP como PSOE han manifestado un atisbo de comprensión
para con los delinquidores de dicho jaez en Cataluña.
El primero fue el recién estrenado
secretario general de los socialistas. Más que recién estrenado, casi habría que decir nuevo sin usar, puesto que nadie le hace ni puñetero caso, ni en su
partido ni fuera de él. Bueno, pues el antiguo jugador de baloncesto ha abogado
por traspasar las competencias lingüísticas a la Generalidad. Pedrito, que va a
resultar ser más simple que su tocayo el amigo de Heidi, no debe haberse dado
cuenta de que, de facto, el gobierno
autonómico catalán ya hace y deshace a su antojo en materia lingüística,
llegando incluso a imponer multas por el hecho de usar el único idioma que
cualquier español tiene el deber de conocer y el derecho a usar.
El segundo ha sido el todavía más
reciente ministro de Justicia, de apellido Catalá,
que este verano abogó en una entrevista por reformar la Constitución para encajar la singularidad catalana. Teniendo en cuenta
que dicha singularidad consiste
básicamente en hacer lo que les da la gana y pasarse las normas legales y
resoluciones judiciales estatales por el forro de los testículos, uno –que es
licenciado en Derecho- no alcanza a ver cómo podría encajarse semejante singuladidad
en la Constitución…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario