El partido de Junior se presenta a sí mismo como la esperanza para España. Esto
no es malo en sí: al fin y al cabo, todos los partidos políticos lo hacen. Lo
malo es los modelos que toma como ejemplo y a los que ha asesorado en el
pasado.
En el caso de Cuba no hace falta
hablar: después de sesenta años de dictadura comunista, el país está hecho
polvo… y no precisamente por el llamado bloqueo
estadounidense, como dice el progretariado.
Si tal bloqueo fuera real, nada entraría ni saldría de Cuba… empezando por los
turistas sexuales y terminando por los amigos
del régimen como Guillermito Toledo.
Pero Venezuela es harina de otro
costal. Con recursos económicos de sobra, y una gestión económica deplorable,
tenía fondos de sobra para permitirse incluso financiar movimientos bolivarianos (o, como dijo el Gorila Rojo, de socialismo del siglo XXI).
Sin embargo, todo tiene un límite. Primero,
el grifo se ha cerrado, ya que la caída de los precios del petróleo ha empujado al país al borde de la quiebra. Luego, en el colmo de los contrasentidos, ha empezado a importar petróleo. Es como si Arabia Saudí comenzara a importar
arena… o Groenlandia cubitos de hielo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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