Las palabras de Junior al ser elegido secretario general de su grupito asustan, porque, según él, esto no es un experimento, vamos a ganar. El muchacho quizá peque un poco de triunfalista, pero lo cierto es que la última encuesta del CIS confirmó que era la primera fuerza política en intención directa de voto. Nadie dice que conseguirían la mayoría absoluta (algo que es más una excepción que una regla en España), pero desde luego eso les colocaría en una posición envidiable para alcanzar el objetivo que persiguen, que no es otro que el poder.
Claro, que conviene recordar que no serían los primeros que, llegando al poder a través de las urnas, desmontan luego el sistema desde dentro. El ejemplo que primero me vino a la memoria es el de Hitler y los nazis, pero tampoco hace falta remontarse tanto: los distintos regímenes bolivarianos que han ido surgiendo en Hispanoamérica son una muestra mucho más cercana.
Así las cosas, no es de extrañar que el auge de estos extremistas aterrorice a los inversores internacionales. Quizá es porque esos inversores prestan más atención a las palabras de los pensadores objetivos e independientes (que señalan que se trata de un grupo de pedantes –cosa lógica siendo profesores en la universidad española- sin puñetera idea de lo que es verdaderamente la Administración) de lo que lo hacen los votantes españoles, que no parecen darse cuenta de nada.
Aunque, al menos en su partido, algunos ya parecen haberse percatado de cómo las gasta el coletas…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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