Que Paulino Rivero se movía por intereses puramente electoralistas y coyunturales al oponerse a las prospecciones petrolíferas en Canarias era algo que resultaba evidente. Ahora tenemos la confirmación, ya que reconoció al ministro del ramo que pensaba que el petróleo era bueno, pero que se opondría por interés electoral: los votos de Lanzarote y Fuerteventura.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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