La izquierda española suele alardear
de valores, honestidad, decencia, honradez… pero dime de qué presumes y te diré
de qué careces, dice el refrán.
En cuanto la más mínima sombra de
haberse pringado con algo ilícito cae sobre alguien que no sea de su partido
(en esto, los izquierdistas no son direrentes del resto de los políticos), se
arrojan sobre él y poco menos que lo apartan a empujones del ámbito público.
Ahora bien, si el pringado es del propio partido, la cosa cambia. Lo hemos visto en
el Partido Popular con el caso de Imbroda, y lo estamos viendo en el ámbito
comunista (teniendo en cuenta que viene de Izquierda Unida y va a Podemos,
adscribirla a un solo partido sería reduccionista). La futura señora Junior no ha tenido empacho en decir que
no piensa dimitir ni aunque la imputen.
No se puede decir que no sea clara, la
muchacha…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario