Llevo varios días diciendo, de distintas maneras, que en política no hay nada nuevo bajo el sol, y menos aún en la izquierda.
El caso de hoy afecta a la extrema izquierda, pero sería igualmente posible en el Partido Popular (no hay más que ver cómo han reaccionado con el asunto de Imbroda, en plan orwelliano: todos los imputados son iguales, pero algunos son más iguales que otros). Me refiero a uno de los epígonos del Coletas, ése que ha sido pillado no declarando todo lo que cobró de la dictadura del gorila rojo por no se sabe bien qué labor de asesoría (sí se sabe el objeto de la asesoría –una moneda única bolivariana-, pero no que haya producido ningún resultado práctico).
Monedero primero negó haber cobrado nada, luego haberlo hecho fuera de España, luego haberlo ocultado… y ha acabado pagando casi un cuarto de millón de euros, que se dice pronto. Para no haber hecho nada, le ha salido caro el asunto.
Mientras, sus correligionarios, de momento, como quien oye llover. No le van a pedir las cuentas porque –dicen- es un buen patriota. A saber qué entienden éstos por patria…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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