Una de las causas de la situación en
que se encuentra España, con una generación criada en el odio al país en dos
regiones y media (lo de Galicia, fiel al tópico, ni es una cosa ni otra), ha
sido la dejación absoluta que el Estado ha hecho en materia educativa. No sólo
es que cada ley educativa socialista haya sido peor que la anterior (las
populares da lo mismo, ya que el progretariado
imperante en el ámbito académico se las ha pasado por el epidídimo y se ha
negado a aplicarlas sin que pasara nada de nada), sino que el contenido de las
materias ha sido de un aldeanismo sonrojante.
Finalmente, parece que el Gobierno ha
decidido pasar a la ofensiva, recurriendo ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña las matrículas en los colegios catalanes. Wert, ese ministro al que
el consorcio progre-necionanista odia a muerte (algo bueno habrá hecho, por lo
tanto), ha acusado a Arturito Menos y
a la consejera de (in) Educación de erradicar
el uso del castellano.
Esperemos que no sea demasiado tarde…
aunque lo dudo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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