En su afán por intentar alcanzar el
poder como sea, Junior se debe haber
equivocado de Marx, y del alemán Karl ha saltado al estadounidense Julius, más
conocido por Groucho, una de cuyas frases –la que, ligeramente modificada,
titula esta entrada- parece haber ahora adoptado.
Me refiero al hecho de que, tras vituperar
la bandera que representa a España y a los españoles desde hace casi dos siglos
y medio, salvo seis infaustos años (no recuerdo en qué términos, pero teniendo
en cuenta que se refirió al himno, de aproximadamente igual antigüedad, como cutre pachanga fachosa, probablemente no
serían aptos para todos los públicos), en un intento de atraerse (o de no
repeler, más bien) a ese electorado moderado (o de centro) sin el cual es
imposible ganar una elecciones en España, ahora busca asumirla como un símbolo.
El problema son sus bases, que no
reconocen como propia, aparte de la de la hoz y el martillo, más que la
tricolor de la Segunda República. Que tenga cuidado el coletas, no sea que
acabe ahorcado con ese símbolo que, por razones de conveniencia, quiera ahora
adoptar…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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