Los distintos sondeos pronosticaban,
en la precampaña y al comienzo de la campaña electoral, un hundimiento de los
comúnmente llamados dos grandes partidos (esto
es, el PP y el PSOE), en beneficio de, inicialmente, Podemos por la izquierda
y, posteriormente, Ciudadanos por el centro izquierda (tengo que confesar que
estos partidos cuyo nombre consiste en una sola palabra, con independencia de
su ideología, me ponen un poco nervioso; también me ocurre con Vox, pero menos,
quizá porque son más de mi cuerda). Es decir, que de un bipartidismo imperfecto
pasaríamos a un tetrapartidismo más imperfecto todavía.
De hecho, los periódicos recurrían a
titulares llamativos (bueno, de eso van los titulares, de llamar la atención)
del tipo El CIS pronostica una hecatombe del PP el 24 de Mayo. Aunque si uno leía la noticia, veía que la cosa no
era para tanto. Simplemente, en las últimas municipales el PP consiguió
bastantes mayorías absolutas sin (por lo que recuerdo) un aumento brutal en el
número de votos respecto a las elecciones de 2.007; y ahora, con un descenso
apreciable en votos, pero no tan hecatómbico
como podría sugerir el titular, se quedaría en muchos casos a la puerta de esas
mayorías absolutas. Mayorías absolutas que, tradicionalmente, han sido el único
modo que ha tenido el PP de gobernar (lo de Extremadura es caso aparte, más aún
porque el apoyo viene de los paleocomunistas). Si el PP consigue rebajar sus
humos y Ciudadanos aplacar sus ínfulas, puede que la hecatombe, al menos en un
mapa de colorines, no sea tanta, porque todo parece indicar que los populares
seguirán siendo la fuerza más votada (aunque menos) en los sitios donde
tradicionalmente lo han sido: es decir, de Madrid para arriba, salvo
Vascongadas y Cataluña, y con la excepción de Castilla-La Mancha y, quizá,
Extremadura.
Otra cosa es la llamada ciudad condal,
donde depende de la semana la candidatura más votada es en ocasiones la de los neocom, encabezada allí por esa opuesta
a los desahucios que no ha tenido una hipoteca en su pajolera vida. Si, Dios y
D’Hont no lo quieran, alcanzara la vara de regidora, seguro que mostraría a las
claras de qué pasta está hecha si lo que se ha dedicado a hacer a los demás se
lo hicieran a ella.
De la peor, por si a alguno no le ha
quedado claro.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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