El PSOE nunca ha sido, desde sus
orígenes hasta el día de hoy, más que una máquina diseñada para alcanzar y
mantener el poder. Siguiendo los cauces legales, cuando los mismos le eran
favorables; saltándoselos a la torera si ello le convenía.
Y en esa persecución del poder, los
socialistas españoles se han caracterizado por dos cosas: un odio africano a la
derecha y la disposición a aliarse con quien fuera para alcanzar sus objetivos,
aunque ello significara la destrucción de España.
Heredero de esta corriente de
actuación puede considerarse al actual secretario general del partido. Necesitado
de que hablen de él en la prensa, aunque sea mal, suelta una consigna tras
otra, aunque puedan resultar estupideces, injusticias o ambas cosas. Por eso, por
la vía negativa, equipara al p-ETA y al PP, al decir que nunca pactará ni con unos ni con otros.
Cosa que resultó ser mentira –no le
hace ascos a ir de la mano con los terroristas, como nunca lo ha hecho-, al
igual que la afirmación de que el PSOE jamás pactaría con Podemos, ni antes, ni
durante, ni después de las elecciones.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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