Los sindicatos, al menos en España, comparten con los partidos políticos la creencia de que la gente, en general, es tonta de remate. Lógicamente, al ser los sindicatos sedicentemente más representativos de izquierdas, ese desprecio por la inteligencia de los que les escuchan se encuentra todavía más acentuado que en aquellos sindicatos que no se postulan como de izquierdas; o, para decirlo claro, los que no son ni Comisiones ni la UGT.
Han sido precisamente estos últimos los que han dado pie a la noticia que comento en este hilo. En concreto, su recién estrenado secretario general (con esa costumbre tan de los progres, se hace llamar por el hipocrístico) ha manifestado, con esa cara dura de hormigón armado que tienen los sindicalistas españoles (en general, y en particular sus dirigentes) que es una leyenda urbana que los sindicatos estén subvencionados, añadiendo, para más inri, que España tiene una deuda con las organizaciones sindicales, porque no trabajan sólo para sus afiliados, sino para el conjunto de los trabajadores.
Vamos, que todavía tenemos que creernos que son unas hermanitas de la caridad que trabajan (es un decir, entiéndaseme) por amor al arte y a los demás.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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