A
estas alturas ya es toro pasado, dado que el segundo congreso general de los neocom españoles tuvo lugar el fin de
semana pasado. Sin embargo, cuando saltó la noticia, a principios de este mes,
las espadas todavía estaban en alto en ambas facciones. Claro, que cabría decir
que siguen en alto: la de los vencedores, para cortar cabezas; la de los
perdedores, para intentar evitar esa decapitación.
A lo
que iba. No es que los integrantes en general de la banda neocom sean muertos de hambre, sino más bien todo lo contrario. Quien
más, quien menos, todos tienen estudios universitarios (aunque, bien mirado, en
la España actual eso es como no tener nada en absoluto, y ellos son una buena
muestra). Otros, por su parte, tienen el riñón bien cubierto por la fortuna
familiar: como Engels, buscan hacer la revolución desde la seguridad que
proporciona el tener asegurado el futuro.
Entre
estos últimos se encuentra Carolina Descansa,
esa explotadora de la más tierna infancia con fines demagógicos. Harta,
supongo, de recibir bofetadas de uno y otro lado, abandonó la dirección de la formación, haciendo ruido y declarándose insumisa
ante los cabecillas de las dos facciones en liza. Eso sí, asegurando que confiaba en poder seguir siendo secretaria general del grupo parlamentario de Neocom/Paleocom y manifestando que votaría a Junior
en el citado congreso.
El de
la coleta, por su parte, y contradiciendo sus proclamas de abandonar la
dirección si no era el más respaldado, se garantizó un puesto en la misma aunque perdiera. Cosa que, no sé si por suerte o por desgracia, no se produjo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario