lunes, 20 de febrero de 2017

Ultras de aquí y ultras de allá

Vamos a dejar de lado el hecho de que tanto el fascismo como el nazismo (apócope de nacionalsocialismo) nacieron en la izquierda y que, por lo tanto, los totalitarismos más asesinos del siglo XX son todos de izquierdas. El hecho es que, en la actualidad, si a alguien se le tilda de nazi está estigmatizado para los restos (y así debe ser), mientras que si se le moteja de comunista es algo respetable e incluso bien visto (si se le llama nacionalista, se piensa que es un débil mental, y a otra cosa, mariposa).
Viene esta introducción a cuento del fichaje del ucraniano Zozulya por el Rayo Vallecano, desde el Betis. Corrió el rumor de que el futbolista en cuestión era de ideología ultraderechista (algo que, en cualquier caso, no quedó del todo claro) e inmediatamente los ultras del equipo madrileño (de ideología ultraizquierdista, por supuesto) montaron un pinfostio de mucho cuidado oponiéndose al fichaje, lo que abortó la operación (eso de abortar es algo que parece que le priva a los de izquierdas) e hizo que el eslavo se volviera a Sevilla.
Ciudad en la que, para poner la guinda, un concejal neocom cargó contra el equipo verdiblanco por apoyar al ucraniano. Se ve que lo de la libertad de pensamiento sólo vale, para algunos, cuando piensas como ellos (bueno, lo de pensar es suponer demasiado, tratándose de esa gente; digamos opinar).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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