En
materia de lenguaje, la estupidez de los defensores de la sedicente igualdad de
género llega a niveles verdaderamente sublimes; o, por emplear una expresión
que escuché por primera vez en la fenecida tertulia La espuela, de aurora boreal. La única ventaja de tal estulticia es
que en el mismo lapso de tiempo sólo son capaces de decir la mitad de tonterías
(y de tonteríos) aunque, eso sí, nos las hacen escuchar dos veces.
Y cuando
uno ya ha logrado acostumbrarse a esa chorrada, y poco menos que crea una
pantalla invisible que deflecta las ondas sonoras antes de que impacten contra
el tímpano –dejar que entraran por una oreja para salir por la otra acarrearía
el riesgo de un grave deterioro de las funciones mentales del auditor-, llega
algo que deja en pañales todo lo anterior. Resulta que una tal Unidad de Igualdad de la Universidad de
Granada ha editado un calendario con el objetivo de defender la igualdad entre
hombres y mujeres todos los días. ¿Y
cómo lo ha hecho? Pues feminizando todos y cada uno de los meses del calendario. Tenemos así a Enera, Febrera, Marza, Abrila, Maya, Junia, Julia,
Agosta, Septiembra, Octubra, Noviembra y Diciembra.
Pues
nada, que les den por la cula. Que es un punto de su anatomía que no existe,
pero que espero (decir confiar sería
ser demasiado optimista) que sepan localizar.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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