En
lo técnico, Vicente del Bosque nunca fue gran cosa como entrenador. Fue, más
bien, un gestor de vestuarios sin capacidad de elaborar ideas originales. La prueba
es que, aunque dio entrada en la selección española de fútbol a muchos
jugadores, al final siempre acababa recurriendo a los mismos. Y los mismos eran, básicamente, los
provenientes del Fútbol Club Barcelona y aquellos otros a los que personajes
como el charnego no vetaban.
Es comprensible
que Del Bosque no sienta simpatía por el Real Madrid o, al menos, por su actual
directiva. Salió de la entidad de aquella manera, y es humano estar resentido. Incluso
más humano el reaccionar favoreciendo al eterno rival de ese club que le hizo salir
por la puerta de atrás. Lo que digo es que una persona así queda,
automáticamente, inhabilitado como seleccionador nacional español, aunque sus
cualidades técnicas fueran la suma de Helenio Herrera y Johann Cruyff con un
toque de la flor que decían que tenía Miguel Muñoz.
Y
confirman mis palabras el hecho de que la Generalidad de Cataluña haya otorgado
al señor marqués el premio Blanquerna…
por su promoción de Cataluña. Que no digo que no se promocione a esa esquinita
del Noreste de España; pero esa no es la tarea del seleccionador nacional de
fútbol.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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