viernes, 24 de marzo de 2017

Antes se coge a un mentiroso que a un cojo

En tanto en cuanto que no saboreaban las mieles del poder, a los neocom se les llenaba la boca denunciando el uso partidista que los partidos de la casta hacían de lo público, ya fueran bienes, instalaciones o medios de comunicación. Sin embargo, una vez apoltronados en las poltronas, los perroflautas han demostrado ser tan castizos como el que más, y se han lanzado a una vorágine partidista (empezando por los enchufes a familiares, amigos, conocidos y parejas presentes y pretéritas, y continuando por todo lo demás) de tal calibre que parecen estar intentando compensar el tiempo en que no pudieron hacerlo.
Cuando se anunció la intención de montar una emisora municipal de radio (bautizada rápidamente como Radio Carmena por quienes no comulgamos por las ideas de doña Rojelia y su pandilla de sectarios) muchos tuvimos claro que lo que pretendían crear era una fuente de adoctrinamiento ideológico, por más que sus promotores juraran y perjuraran (más lo segundo que lo primero, visto lo visto) que lo hacían con voluntad de servicio público (o expresión equivalente, ahora no recuerdo los términos exactos… tengo cosas más interesantes de las que ocuparme).
Hace un mes, la estríper asaltacapillas, al tiempo que la emisora atizaba a uno de sus demonios ideológicos (el presidente de Estados Unidos, Donald Trump) admitía que en la emisora podían colarse cuestiones políticas.
Vamos a ver: si es lógico. No en vano, ya Aristóteles definió hace más de dos milenios al ser humano como zoon politikón, como animal político. Lo que es estúpido es negarlo y, más aún, intentar que todos se traguen semejante negación.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: