Si
ayer hablaba de dos –seamos suaves- errados, hoy toca hablar de un jeta de
marca mayor. Porque no de otra manera cabe calificar al que fue vicetodo durante buena parte del felipato.
Según
él, dado el actual estado de cosas, habría que suspender la autonomía de Cataluña. Luego se despacha con verdades como que el Gobierno del PP sigue instalado en "una complaciente espera
bajo la creencia de que las cosas se arreglarán solas, postura cómoda e
irresponsable". No es que Alfonso Guerra sea santo de mi devoción,
precisamente, pero lo cierto es que, con lo de la "cómoda
irresponsabilidad" de Rajoy, lo ha clavado. Es la misma comodidad e
irresponsabilidad, no obstante, que al propio Guerra le llevó a votar con su
partido, en tiempos de Rodríguez, a favor del inconstitucional estatuto
soberanista de Cataluña; la misma irresponsabilidad que anida en su partido por
no pedir al Gobierno de Rajoy la aplicación del artículo 155, tal y como el
exdiputado socialista sostiene y reclama ahora.
Otro
tanto podríamos decir de Juan Luis Cebrián (para no mencionarle en este blog,
van dos días seguidos), quien ahora se muestra partidario de que Arturito Menos vaya a la cárcel por el
9-N o de que el Gobierno de Rajoy suspenda la autonomía de Cataluña, también en
aplicación del artículo 155 de nuestra Carta Magna. No puedo estar más de
acuerdo con el presidente del Grupo Prisa al denunciar la inacción del Gobierno y la renuencia de Rajoy a afrontar el desafío y a ejercer
su poder para hacer cumplir la ley. O al señalar la conveniencia de la
aplicación del artículo 155 para que el
debate ya no sea cuándo van a lograr la independencia sino cuándo van a
recuperar la autonomía.
Pero
que digan estas cosas dos de los responsables, por acción, omisión o
connivencia, del actual estado de cosas… manda narices, la verdad.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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