No
sé si es que tengo realmente un talento para esto o que, de tanto leer columnas
de opinión (siempre, o casi siempre, de la misma tendencia), tiendo a pensar
como los que las escriben.
El
hecho es que cuando leí el titular de que doña
Rojelia había propuesto educar a los niños sobre las diferencias de vivir en casas ricas y humildes, lo primero que se me ocurrió fue que, como ejemplo
de casa rica, podría incluir en la tourneé
su casoplón, ese que comparte con su marido, el defraudador de Hacienda e
impagador de la clase trabajadora.
Al
día siguiente eran los grupos municipales del PP y Ciudadanos los que ponían a
la alcaldesa a caer de un burro, señalando que la ocurrencia iba a costar un
millón de euros (claro, como el dinero público no es de nadie…) y que la
alcaldesa no parecía que fuera a incluir en la guía su casita.
Lo
dicho, si es que uno ya empieza a pensar como aquellos a los que lee… cosa que
tampoco es tan difícil, la verdad.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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