Al
igual que ayer, hoy toca hablar de una noticia pegada a la actualidad. Me
refiero, claro está, a la irrisoria (uno ríe por no llorar) sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de Cataluña al trío de la bencina que organizó el
butifarrendum del 9 de Noviembre. El
cabecilla de todo el asunto, Arturito
Menos, ha sido condenado a sólo dos años de inhabilitación para ejercer cargo
público. En cambio, los tres procesados han sido absueltos del delito de
prevaricación administrativa. Si prevaricar es dictar una resolución ilegal a
sabiendas, y si la ignorancia de la Ley no exime de su cumplimiento, los
absueltos prevaricaron, dígalo Agamenón o su porquero.
En
cuanto a las reacciones a la resolución judicial, han sido las esperadas.
El condenado ha considerado la condena como lo que es: un espaldarazo al proceso separatista. Si en España sale tan barato el intentar cargarse la unidad nacional, ¿qué se pierde intentándolo una y otra vez?
El PSC ha mostrado su satisfacción porque las penas hayan sido las menores posibles. Contradiciéndoles, Populares y naranjitos se han cubierto de mierda, al declararse satisfechos (el fallo es un golpe muy duro para Convergencia y un toque de atención para quienes quieran convocar un nuevo referéndum) y manifestar, campanudamente, que queda demostrado que nadie está por encima de la Ley. Un grave error de apreciación, salvo que por nadie entendamos los secesionistas catalanes que sí, en efecto, están por encima de la Ley.
Junior, por una vez, tiene razón, cuando dice que la sentencia a Mas es una vergüenza. En efecto, produce vergüenza ajena ver que resulta tan rentable el pasarse por el epidídimo las resoluciones del Tribunal Constitucional.
Cocomocho, en plan mesiánico y estableciendo una curiosa conexión mental entre el condenado, Franco y Fidel Castro, ha declarado que los catalanes indultarán a Mas en el referéndum, referéndum que el bloque separatista se ha lanzado a preparar. Y por si acaso, siguen dando pasos para la desconexión exprés de España (en un par de horas, si se les mete en la barretina).
El condenado ha considerado la condena como lo que es: un espaldarazo al proceso separatista. Si en España sale tan barato el intentar cargarse la unidad nacional, ¿qué se pierde intentándolo una y otra vez?
El PSC ha mostrado su satisfacción porque las penas hayan sido las menores posibles. Contradiciéndoles, Populares y naranjitos se han cubierto de mierda, al declararse satisfechos (el fallo es un golpe muy duro para Convergencia y un toque de atención para quienes quieran convocar un nuevo referéndum) y manifestar, campanudamente, que queda demostrado que nadie está por encima de la Ley. Un grave error de apreciación, salvo que por nadie entendamos los secesionistas catalanes que sí, en efecto, están por encima de la Ley.
Junior, por una vez, tiene razón, cuando dice que la sentencia a Mas es una vergüenza. En efecto, produce vergüenza ajena ver que resulta tan rentable el pasarse por el epidídimo las resoluciones del Tribunal Constitucional.
Cocomocho, en plan mesiánico y estableciendo una curiosa conexión mental entre el condenado, Franco y Fidel Castro, ha declarado que los catalanes indultarán a Mas en el referéndum, referéndum que el bloque separatista se ha lanzado a preparar. Y por si acaso, siguen dando pasos para la desconexión exprés de España (en un par de horas, si se les mete en la barretina).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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