Ayer
hablaba del pasado de la izquierda. Hoy toca hacerlo del presente. Que es idéntico
a ese pasado del que deberían avergonzarse, si es que tuvieran sentido del
bochorno.
Cuando
nació la banda terrorista vasca de ultraizquierda, fue consentida tanto por los
nacionalistas como por la izquierda, que la veían como una consecuencia del
franquismo. Cuando siguieron atentando, robando, secuestrando y extorsionando
durante la democracia, siguieron consintiéndola. Cuando eran los suyos los que
caían, continuaron consintiéndola. Y ahora que ya no mata, siguen
consintiéndola. Porque consentimiento, y no otra cosa, es votar en contra de deslegitimar a los terroristas en las aulas vascas. Ese ha sido el sentido del
voto de los herederos de Sabino Arana, de los de Pablo Iglesias Sénior y de los
de Hugo Chávez y los ayatolás iraníes.
Y
es que las ratas siempre serán ratas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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