viernes, 3 de febrero de 2012

Es la Justicia, estúpidos

Reconozco que no esperaba gran cosa de Alberto Ruiz Gallardón como ministro de Justicia. Sin embargo, nos está dando unas cuantas sorpresas agradables. Para empezar, el Gobierno ha abierto una ronda de contactos para la renovación inmediata del Tribunal Constitucional. Desde mi punto de vista, habría que realizar una reforma en profundidad de este órgano constitucional: por un lado, para evitar que siga siendo, en la práctica, un tribunal de apelaciones de las resoluciones del Supremo; por otra, haciendo que se asemeje más al Tribunal Supremo estadounidense, con miembros vitalicios elegidos entre jueces y magistrados (nada de juristas de reconocido prestigio, que si esos individuos hubieran querido dedicarse a la carrera judicial, lo hubiesen hecho) y por una mayoría parlamentaria de digamos dos tercios (o, incluso, de tres cuartos…).
A continuación, se anunció toda una batería de reformas legislativas, entre las que considero de la mayor importancia dos: la vuelta al sistema de elección de los miembros del CGPJ pre-LOPJ, y la recuperación del recurso previo de inconstitucionalidad para los sedicentes (y sediciosos) estatutos de autonomía.
Visto cómo reacionaron la izmierda y los nazionanistas, parece que esas medidas van por el buen camino, sí señor…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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