sábado, 25 de febrero de 2012

A buenas horas, mangas verdes

Hace unos días recibí en mi móvil una llamada de mi antigua compañía de gas. Me he cambiado hace poco y querían saber las razones. Fiel a mi costumbre, no se las dije. O más bien sí, resumidas: me he cambiado porque he querido. A continuación me informaron de que estaban en disposición de mejorar la tarifa que mi nueva compañía me estuviera aplicando. Resulta curioso (je) –aunque las tarifas no fueron la causa del cambio- que, pudiendo aplicar unas tarifas más baratas, no se les ocurra la posibilidad de hacerlo hasta que el cliente se les ha marchado…
También siguiendo mi costumbre habitual, les dije que no estaba interesado. Muy razonablemente, me indicaron que no me habían dicho cuál era la oferta. Muy calmadamente (como casi siempre) les indiqué que nunca estoy interesado en ninguna oferta que nadie me pueda hacer. Esta vez lo entendieron y me dejaron en paz…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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