sábado, 2 de junio de 2012

Cada vez menos español

Cuando era pequeño decidí que mi equipo de fútbol sería el Real Club Deportivo Español de Barcelona. Me gustó el nombre: español, es decir, de España. Más tarde me enteraría de la razón del nombre: español no como opuesto a catalán, sino como opuesto a extranjero (y, más concretamente, suizo).
Ya me molestó cuando le cambiaron el nombre a la entidad, catalanizándola (una amiga mía, cuando se refiere al equipo, marca mucho el tema, viniendo a decir Espan yol, como si fueran dos palabras distintas). Pero ahora va la nueva directiva y decide introducir en las camisetas la bandera catalana. Como es dudoso que se trate de un homenaje a la bandera española a través de su antecedente (puesto que la rojigualda proviene de los colores de Aragón… igual que la bandera catalana), sólo cabe atribuir la decisión a una actitud maricomplejines, en plan a ver si, demostrando que somos de los suyos, nos tratan un poco mejor. Van aviados…
Evidentemente, a la afición perica semejante decisión le ha sentado igual que una patada en el epidídimo
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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