sábado, 17 de mayo de 2014

Bobo de solemnidad

La llegada de zETAp a La Moncloa demostró que, literalmente, cualquiera podía llegar a presidente del Gobierno de España. Hasta un zote sectario e inepto como él.
La muestra más evidente es que el circunflejo no sólo es tan tonto como para hacer tonterías, que diría Forrest Gump, sino que además no se corta un pelo en decirlas. Y se queda tan pancho después…
Con motivo de los recientes escándalos por los sobrecostes en la construcción de la línea ferroviaria de alta velocidad hacia Francia por Cataluña, ha contado cómo designó a la constructora: lo hizo por intuición. Ni valorar ofertas, ni cumplir los requisitos, ni seguir la legislación sobre la contratación pública (en la que no se contempla que el presidente del Gobierno adjudique contratos). Y claro, así salieron las cosas…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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