domingo, 11 de mayo de 2014

La crisis mundial 1.914-1.918

Hace cosa de un cuarto de siglo leí La Segunda Guerra Mundial, de Winston Churchill. Ahora acabo de terminar el relato de los hechos que ocurrieron un cuarto de siglo antes de lo narrado en la obra citada, relato que fue escrito también aproximadamente un cuarto de siglo antes. O, por decirlo de otra manera: mientras que leí el relato de la Segunda Guerra Mundial unos cincuenta años después de que ésta se iniciara, en el caso de la Gran Guerra (conflicto que me resulta mucho menos conocido) el lapso es de un siglo prácticamente completo…
En realidad, el volumen que he leído es la reelaboracion que el propio Churchill hizo de la primera versión de la obra, condensando y eliminando algunas partes. La obra completa ocuparía unas 3.200 páginas: descontando lo dedicado al frente oriental, unas 2.500; y el volumen que he leído tiene prácticamente 1.000. Vamos, que todavía me queda mucho por leer…
En cuanto al fondo, Churchill dedica más de la mitad de la obra en llegar hasta el final de 1.915. Entiendo que esto es así, sobre todo, por tres razones: en primer lugar, fue la etapa en que estuvo más implicado en el gobierno del Reino Unido, ya que era Primer Lord del Almirantazgo; en segundo lugar, entre finales de 1.915 y finales de 1.917 pasaron comparativamente menos cosas; y, finalmente, dedica bastantes páginas a narrar la campaña de los Dardanelos, campaña en la que estuvo bastante implicado y de cuyo fracaso la historiografía le ha hecho generalmente responsable, por lo que el relato actúa a modo de justificación.
El centrarse casi exclusivamente en el frente occidental, con menciones mucho más breves a los demás teatros de operaciones (si exceptuamos el caso ya citado de los Dardanelos), hace que se pierda la visión que Churchill pudo tener, en el momento en que se producían, de sucesos tan trascendentales para el devenir futuro del mundo como la revolución bolchevique en Rusia o el surgimiento de las monarquías árabes en Oriente Medio tras la desaparición del Imperio Otomano.
En cuanto a la traducción, sin ser ni mucho menos tan deplorable como la de ciertas novelas recientes de Tom Clancy, es ciertamente mejorable. En algunas frases tanto la redacción como la puntuación resultan algo confusas, y por otra parte hay algunas erratas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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