viernes, 2 de mayo de 2014

La pregunta se contesta sola

Los forofos del Barcelona, como todos los fanáticos de algo, no sólo están convencidos de estar en posesión de la verdad, sino que además no conciben que alguien no pueda ver como evidente lo que ellos consideran irrefutable.
Así sucedió hace tiempo, en la época gloriosa del hipócrita y melifluo Guardiola, cuando todos los lameculés afirmaban que fútbol, pero fútbol de verdad, sólo era lo que practicaba el Farça; aquello a lo que jugaban los demás, aunque pudiera producir resultados, y hasta récords de puntos y de goles, era otra cosa. O como la temporada pasada, cuando después de que el Bayern de Munich les endilgara siete goles, el charnego Hernández se quedó tan ancho diciendo que no les habían pasado por encima.
Hace diez días, un periodista (culé, probablemente), en una rueda de prensa del Torneo Conde de Godó, le preguntó a Rafael Nadal si podía explicar por qué, con su fair play, era madridista (y no barcelonista, como es el deber de todos los naturales de los Países Catalanes, le faltó añadir).
Nadal pudo haber contestado con el título de esta entrada. En cambio, haciendo gala de esa elegancia que no le abandona, pierda o gane, respondió educadamente que cada cual es de aquel equipo que prefiere.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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