domingo, 25 de enero de 2015

Mierda de ética, o ética de izmierda

En una extraña coincidencia con Arturito Menos –aunque probablemente no tan extraña, dado que ambos odian la Constitución de 1.978 y todo lo que ella representa-, Junior ha defendido la actuación de los humoristas cuando realizan su labor bajo ciertos presupuestos: en su caso, cuando lo hacen a través de la inteligencia, lo cual viene a ser cuando emplean el mal gusto para ofender a sus enemigos, ya que así considera la extrema izquierda a todos los que no comulgan con sus postulados ideológicos.
También ha defendió la actuación de su pareja, al decir que no tiene ninguna duda sobre la honorabilidad de Tania Sánchez. Dejando aparte el hecho de que es lamentable que un profesor universitario confunda honorabilidad y honradez –aunque, por otra parte, demuestra el ínfimo nivel de la universidad española-, resulta difícil confiar en la honradez de alguien que concedió un contrato de cuatrocientos veinticinco mil euros a un funcionario que estaba a su cargo.
En un ejercicio de esa amnesia que tan frecuentemente provoca el dinero en la clase política en general y la izmierda en particular, el beneficiario dijo que no se acordaba de que era apoderado de la empresa, a pesar de haber facturado con el Ayuntamiento de Rivas desde 1999.
Desde luego, algunos hacen apoderado a cualquiera…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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