miércoles, 21 de octubre de 2015

No se dan cuenta

Los republicanoides europarlamentarios, dando muestra una vez más de su nula urbanidad y de su equivocado sentido de la democracia, dieron la nota en la intervención de Su Majestad el Rey Felipe VI hace dos semanas ante el Parlamento Europeo.
En efecto, primero pidieron que se rechazara la intervención del monarca, basándose en algo tan peregrino como que no ha sido votado en las urnas. En cualquier otro país (en cualquier país serio, de hecho), semejantes comentarios habrían dado lugar a que se les calificase de cretinos integrales para arriba (o para abajo, según se mire).
Luego, no siendo atendida su petición, exhibieron unas cuantas banderas inconstitucionales (la republicana de 1.931 y la independentista gallega lo son, a diferencia de la rojigualda con el águila de san Juan), e hicieron el numerito de abandonar la cámara, mientras el Rey de España pronunciaba un discurso que fue abrumadoramente aplaudido por los europarlamentarios.
Y es que esos revolucionarios de pitiminí no se dan cuenta de que, diciendo que no se sienten representados por el Rey o por la bandera bicolor, dan pie a que, llegado el caso, algunos podamos decir que no nos sentimos representados por la tricolor, que un eventual presidente de la República no nos representa o que nos negamos a darle la mano porque nuestras convicciones monárquicas nos lo impiden (aunque las normas de cortesía, concepto este sin duda abstruso para esos bípedos implumes, nos impulsen a comportarnos como Dios manda).
Ni aunque se lo explicásemos en palabras sencillitas les entraría en sus duras molleras.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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