lunes, 3 de julio de 2017

Un par de cucharadas de su propia medicina

Durante la moción payasa que montaron los neocom hace veinte días, creo poder afirmar sin temor a equivocarme que el único que trató a los podemitas como se merecen –en el sentido de que empleó el único lenguaje que parecen entender: el suyo propio; lo de Ana Oramas fue un prodigio de decir las del barquero guardando las formas- fue el portavoz popular, Rafael Hernando.
Tirando de ironía, pero también diciendo las cosas claras, fue desgranando una a una las vergüenzas de los ultraizquierdistas: desde su financiación por dictaduras extranjeras hasta el intolerable machismo de su líder… y éste por partida doble, porque promociona a sus mucamas y proclama que le encantaría azotar a las ajenas.
Que lo que digo es cierto lo prueba la reacción de Junior, que todo falsa dignidad tuvo el cuajo de proclamar
Mire señor Hernando, si a su estilo parlamentario yo le doy una réplica excesiva aquí, creo que estaría legitimando una manera de hacer parlamentarismo que no se merece esta Cámara
Y eso lo dice el que habló de cal viva en sede parlamentaria. Manda dídimos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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