jueves, 27 de julio de 2017

Vascopués

El hecho de que el Athletic de Bilbao se mantenga en la costumbre de fichar únicamente jugadores vascos es algo entre encomiable y pintoresco. Lo de vascos hay que tomarlo con pinzas, porque nadie diría que un bigardo de piel oscura y apellido Williams tenga el mismo origen que otros de apellido, pongamos como ejemplo, Zubizarreta, Zarraonaindía o Iruretagoyena.
También hay que poner en cuarentena eso con los que se le llena la boca a algunos de que el equipo de San Mamés sea el único que podría enviar a toda su plantilla a la selección española. No hace tanto tiempo que militó en sus filas un muchacho de apellido Lizarazu, indudablemente vascongado, sí… pero de los vascos del otro lado de los Pirineos.
Ese apego a la tradición –el vasco por antonomasia es, sobre todo, cabezón, tanto en el sentido puramente antropométrico como en el del carácter- ha tenido como consecuencia, en aquellas etapas en las que la cantera (o los oriundos) no daba tanto de sí, que los blanquirrojos hayan estado en un tris de descender de categoría, cosa que ha pasado en varias ocasiones (el acercarse al precipicio, no al despeñarse).
Ahora se ha montado la de Dios es Cristo con la posibilidad de que un tal Youssouf Diarra, natural de Mali, pueda militar en las filas del tercer equipo de los leones. Debe ser que para estar considerado como formado en la cantera tienes poco menos que haber mamado leche euscalduna, porque si has nacido lejos, aunque tengas ocho (y hasta dieciséis) apellidos vascos, no eres lo bastante vasco ni aunque no te quites la chapela ni para ducharte.
Estos no han caído que los del Bilbao nacen donde les sale de… el pitorro de la boina.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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