miércoles, 27 de mayo de 2020

Coronavirus (78)

No recuerdo ahora quién dijo, si es que alguna vez lo supe, de que entre un malvado y un tonto es siempre preferible el primero, porque los segundos nunca descansan. Lo malo es cuando al frente de un país se encuentra una mezcla letal de malvados y necios.
Porque malvado es quien, diciendo perseguir el objetivo de salvar al país, cierra acuerdos con partidos que pretenden destruir España. Con tal de salvar la cara (¿ante quién? ¿para qué?) y no perder una votación parlamentaria, son capaces de rectificar sus propias afirmaciones tajantes -aunque esa capacidad se encuentra en la genética izquierdista- y configurar un estado de alarma a la carta, o casi, que se podrá levantar por territorios. Pincho de tortilla y caña, que diría Luis Herrero, a quien acierte qué dos territorios estarán entre los primeros.
Porque estúpido es quien dice -aunque sobre la estulticia de la indocta doctora ya teníamos muestras más que sobradas- que una de las razones de la virulencia de la pandemia en unos países más que en otros es que Nueva York, Madrid, Teherán y Pekín están en línea recta (queriendo decir que están en la misma latitud). Dejando aparte que eso no implica nada, no es lo mismo estar a cuarenta grados (o treinta y cinco, en el caso de la capital persa) en mitad de un continente (como Pekín o Teherán) que a seiscientos kilómetros del mar (como Madrid) o en la misma costa (como la Gran manzana).
Por otra parte, esto contradice la propia doctrina del consejo de ninistros, que consideraba que la variable geográfica determinante era la longitud, no la latitud, y que por eso Portugal -Lisboa está apenas grado y medio más al Sur que Madrid- ha sufrido menos la pandemia, porque estaba más al Oeste (pues anda, que Nueva York…). ¿En qué quedamos?
Por ello, y por mucho más…
¡¡¡EL GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!

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